ISLA DE LA GRACIOSA, LA ISLA QUE CALLA.

La isla de la Graciosa es una pequeña parte de nuestra España a la que le tengo mucho cariño. El tiempo que llevo trabajando allí ha sido especialmente grato, muchas cosas tengo que agradecer. Los malos ratos vividos no han sido precisamente por culpa del graciosero/a, los malos ratos no han sido precisamente por motivos personales, los malos ratos vienen por parte del lo que me llevó hasta allí, el trabajo, y es que, la chapuza que están haciendo me lo hace pasar mal. Hoy hablo sobre ello abiertamente, es la única vez desde que tengo blog que estoy interesado en que esto que escribo se difunda (aún a riesgo de perder mi trabajo), yo por mi parte haré lo posible para que llegue a quien debe llegar para que esto se pare, o simplemente para que el culpable de tan nefasta administración en obra del dinero público vaya directamente al paro y venga un coordinador/encargado de obra que deje el despotismo hacia los trabajadores en su casa y sobre todo deje un trabajo bien hecho, el trabajo que se merece esta Isla y no la barbaridad que va a heredar el Graciosero/a y turistas de todo el mundo cuando el proyecto acabe y nos vayamos para nuestras respectivas casas.

Independientemente de los meses de retraso que llevamos en la obra, que es algo que puede ocurrir en culquier otro lugar, cuando te encuentras con un encargado de una empresa pública como TRAGSA que trata al trabajador como a perros y su ignorancia la despacha a gusto del más negrero prevaricador de los derechos fundamentales del trabajador la cosa no va bien.

Juan Manuel se llama el encargado, los mil doscientos euros que le paga TRAGSA le han convertido en un ser algo especial, no me extraña que en el mundillo graciosero le llamen "puto gallego de mierda", no debería quejarse, el ha llamado a varias de sus empleadas "gordas inútiles" y se dirigió a su ex jefa a la cual le hizo la cama para que tuviera que irse "lesbiana de mierda", no soportaba la orientación sexual de su jefa, que por cierto sólo eran cábalas, ella nunca se pronunció al respecto y además si lo era a él no le debía importar.

No voy a entrar en los detalles infrahumanos al que este señorito de la clase obrera que se cree Marqués tiene con sus subordinados, ellos son mayorcitos, si quieren callar que callen, pero hoy por hoy y ante la gravedad de los hechos de este encargado hay todos los medios posibles para ejercer medidas legales contra él, pero visto lo visto todos estos meses la Isla de la Graciosa calla, calla y calla, pero cuando todo termine gritará, gritará y gritará, y ya no servirá de nada.

Esta semana pasada no aguanté, tuve que decírselo, lo que está haciendo con la carretera es una chapuza, el interés en terminarla rápido está acarreando unos problemas que el paso del tiempo dejará patente, los millones de euros gastados no servirán para nada, y los meses de molestia a los profesionales del turismo de la Graciosa habrán sido en balde.

Al ser un Reserva el proyecto de la carretera no admitía otra cosa que un producto ecológico, "ARIPAQ", un producto que para que fragüe bien debe llevar un proceso, el cual al empezar se desplazó un técnico desde la fábrica de dicho producto en Guadalajara hasta la Isla para explicar el proceso.

Este proceso se lo está pasando por el forro de sus cataplines el encargado de TRAGSA con la única intencióan de acelerar su terminación, sin importarle nada las advertencias del técnico que de no hacerse como él había explicado la carretera en poco tiempo volvería a estar mal, pues nada, dos millones de euros "pal carajo", mientras tanto justo cuando estoy escribiendo esto me acaban de llamar para decirme que mañana lunes ya no voy para la Isla otra vez, SEGURO TODAS MIS PROTESTAS HAN SURTIDO EFECTO Y AHORA SOBRO, pero yo no soy graciosero y no pienso seguir callándome, por que si desde que llegué a las Canarias hace trece años algún sitio me ha enamorado ese es "La Isla de la Graciosa" y haré lo posible dentro de mis posibilidades para que personajillos como Juan Manuel no se la carguen.