BY PACO RODRIGUEZ.
martes 18 de octubre de 2011
La Guerra de Raúl Junquera contra el ejército invasor
Unos enfrentamientos entre ambos, unas pequeñas batallitas que desmejoraba poco a poco el contingente que comandaba por aquellos entonces el "Comandante Raúl", proporcionaba que poco a poco esta temible y sanguinaria legión fuera ganando terreno, el mismo terreno que perdía nuestro Comandante.
En su pequeño bunquer de su isla de Fuerteventura un pequeño escuadrón dispuesto a luchar con él para que los malvados no conquistaran mas terrenos que el que ya habían conquistado, no lograban contrarrestar la endiablada y carnicera lucha que estaban realizando el ejercito malvado, por lo que el ejercito del Comandante tuvo que trasladarse de isla, para intentar ganar la guerra.
En Gran Canaria le dio cobertura un gran ejército experto en este tipo de guerras, un batallón que de seguida le ofrecieron todo lo que tenían en sus manos para que el ejército de los malvados pronto se viera derrotado. Comenzó una lucha encarnizada, ataques contra estos, utilizaban las mejores técnicas en este tipo de contiendas que podían tener, pero algo pasaba.
Las batallas por muy duras que fueran en principio parecía que no daba el resultado esperado o por lo menos eso parecía. Mientras que el comandante dejó de ser el comandante para convertirse en soldado de primera línea, en esta guerra no se dejaba nada al libre albedrío. Frecuentemente se reunía la plana mayor del ejército para estudiar la situación, y para ver los pasos a seguir en las siguientes batallas.
Mientras tanto desde Fuerteventura, Cádiz, Huelva, Trigueros…… y un sinfín de localidades, les enviaban armas para luchar, les proporcionaba fuerza para combatir, pero sobre todo mucho ánimo.
Este ánimo parecía un día apagarse cuando la situación era totalmente caótica, el comandante se encontraba totalmente sitiado y parecía que pronto la guerra acabaría, y que quedaría como el comandante vencido ante la adversidad. Pero tras la que podría haber sido la última reunión de la plana mayor, observaron que la legión de los malvados estaba prácticamente destruida y que era el momento de atacar contundentemente, la situación dio un giro brutal, la lucha se volvió en contra de los malvados mientras que estos iban perdiendo el terreno ganado en la fortaleza del comandante.
Todo iba saliendo según el último informe de la plana mayor del ejército leal a
Raúl, incluso a veces este se tomaba alguna que otra licencia y acampaba y se paseaba a sus anchas por los mundos de las islas. Incluso volvió a su isla en alguna que otra ocasión, porque parecía que todo estaba controlado o controlándose desde el centro neurálgico de Gran Canaria, todo siempre bajo la supervisión de los altos mandos.
Y ahora, cuando ha derramado tantas gotas de sudor, cuando las lágrimas ha emanado en el campamento cual nacimiento de un rio, ahora le toca usar su propia sangre como arma de defensa.
Se acerca el momento del ataque final, del final de la contienda, se sabe que él estará desesperado por acabar esta historia que parecía interminable, pero pronto llegará a su fin, y todos deseamos y ansiamos ese golpe final para que ese tumor que invadió el cuerpo del Comandante Raúl sea simple historia, historia que nos debe de valer para demostrar que con los brazos abajo no se logra salir a flote, Y Raúl si aun sigue nadando y está a un paso de llegar a la orilla es porque nunca los llegó a bajar.
Salud y libertad
Publicado por Paco Rodríguez en 15:59 3 Comentarios, opiniones y otras hierbas Enlaces a esta entrada
Etiquetas: escritos personales, Fotos personales
martes 18 de octubre de 2011
La Guerra de Raúl Junquera contra el ejército invasor
Unos enfrentamientos entre ambos, unas pequeñas batallitas que desmejoraba poco a poco el contingente que comandaba por aquellos entonces el "Comandante Raúl", proporcionaba que poco a poco esta temible y sanguinaria legión fuera ganando terreno, el mismo terreno que perdía nuestro Comandante.
En su pequeño bunquer de su isla de Fuerteventura un pequeño escuadrón dispuesto a luchar con él para que los malvados no conquistaran mas terrenos que el que ya habían conquistado, no lograban contrarrestar la endiablada y carnicera lucha que estaban realizando el ejercito malvado, por lo que el ejercito del Comandante tuvo que trasladarse de isla, para intentar ganar la guerra.
En Gran Canaria le dio cobertura un gran ejército experto en este tipo de guerras, un batallón que de seguida le ofrecieron todo lo que tenían en sus manos para que el ejército de los malvados pronto se viera derrotado. Comenzó una lucha encarnizada, ataques contra estos, utilizaban las mejores técnicas en este tipo de contiendas que podían tener, pero algo pasaba.
Las batallas por muy duras que fueran en principio parecía que no daba el resultado esperado o por lo menos eso parecía. Mientras que el comandante dejó de ser el comandante para convertirse en soldado de primera línea, en esta guerra no se dejaba nada al libre albedrío. Frecuentemente se reunía la plana mayor del ejército para estudiar la situación, y para ver los pasos a seguir en las siguientes batallas.
Mientras tanto desde Fuerteventura, Cádiz, Huelva, Trigueros…… y un sinfín de localidades, les enviaban armas para luchar, les proporcionaba fuerza para combatir, pero sobre todo mucho ánimo.
Este ánimo parecía un día apagarse cuando la situación era totalmente caótica, el comandante se encontraba totalmente sitiado y parecía que pronto la guerra acabaría, y que quedaría como el comandante vencido ante la adversidad. Pero tras la que podría haber sido la última reunión de la plana mayor, observaron que la legión de los malvados estaba prácticamente destruida y que era el momento de atacar contundentemente, la situación dio un giro brutal, la lucha se volvió en contra de los malvados mientras que estos iban perdiendo el terreno ganado en la fortaleza del comandante.
Todo iba saliendo según el último informe de la plana mayor del ejército leal a
Raúl, incluso a veces este se tomaba alguna que otra licencia y acampaba y se paseaba a sus anchas por los mundos de las islas. Incluso volvió a su isla en alguna que otra ocasión, porque parecía que todo estaba controlado o controlándose desde el centro neurálgico de Gran Canaria, todo siempre bajo la supervisión de los altos mandos.
Y ahora, cuando ha derramado tantas gotas de sudor, cuando las lágrimas ha emanado en el campamento cual nacimiento de un rio, ahora le toca usar su propia sangre como arma de defensa.
Se acerca el momento del ataque final, del final de la contienda, se sabe que él estará desesperado por acabar esta historia que parecía interminable, pero pronto llegará a su fin, y todos deseamos y ansiamos ese golpe final para que ese tumor que invadió el cuerpo del Comandante Raúl sea simple historia, historia que nos debe de valer para demostrar que con los brazos abajo no se logra salir a flote, Y Raúl si aun sigue nadando y está a un paso de llegar a la orilla es porque nunca los llegó a bajar.
Salud y libertad
Publicado por Paco Rodríguez en 15:59 3 Comentarios, opiniones y otras hierbas Enlaces a esta entrada
Etiquetas: escritos personales, Fotos personales
2 comentarios:
marilu dijo...
joder hermanito me as dejao de piedra , que arte tienes coño!!!!
18 de octubre de 2011 16:48
Angel Rodriguez dijo...
Gracias a Diós que esta guerra está ganada practicamente,esperemos que el capitán Raúl,venga a celebrar la victoria a Cádiz y pase las navidades junto a su familia.
18 de octubre de 2011 17:43
Jose Bp dijo...
hASTA HOY NO LO HABIA LEIDO ME QUEDE DE PIEDRA ANIMO A RAUL Y QUE SALDRA DE ESTA SEGURO
20 de octubre de 2011 12:53
raùl junquera dijo...
Como las caracolas te mereces una ola!!!!
Ánimo, bishillo, ya queda menos para que derrotes a los malvados. ¿Quién va a poder con Raúl Junquera,por Dios..? Esa sangre tuya les va a demostrar a los invasores quién manda en tu body. Adelante, Raúl, es muy duro pero a ti te sobra energía y de to lo que hay que tener para vencer el inevitable cansancio, el desánimo y las ganas de tirar la toalla.
Un beso muuuuuuuuuuuuy grande, bishillo querido. Y.... gana.
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